A la hora de realizar una inversión inmobiliaria, debemos tomar decisiones importantes, no solo debemos dar gran paso de iniciar, sino también debemos definir el objetivo de la compra, elegir la ubicación, y el producto en sí, evaluando todas sus características. Pero si a esto le sumamos que la decisión será tomada por dos individuos con personalidad, pensamientos y finanzas diferentes, la decisión se complica.

Al invertir en pareja tenemos el beneficio de poder complementar los ingresos y esto nos lleva a optar por mejores propiedades, financiamientos más altos y juntar nuestras capacidades de pago, hasta este punto todo está bien, pero en la pareja así siempre hay una de las partes que es arriesgada y otra que es más conservadora y es allí donde como parejas debemos llegar a un acuerdo.

El perfil de la persona arriesgada es aquella que quiere iniciar la inversión sin mirar detalles, el que dice si podemos, solo debemos hacer el sacrificio y llevarlo a cabo sin evaluar los riesgos o construir un plan B, mientras que la persona conservadora, es quien necesita que todos los escenarios sean perfectos para avanzar en la decisión, es quien detiene el proceso y evalúa con detenimiento todos los casos fortuitos que puedan suceder antes de lograr el objetivo.

Para invertir en pareja es importante tomar un rol de socios, agendar una reunión con todas las herramientas y presentar los argumentos de ambas partes, realizar cálculos de rentabilidad, evaluar riesgos y contar con un plan de salida, respetando ambos puntos de vista.

Como parejas, en muchas ocasiones debemos dar el brazo a torcer entendiendo que no todos mis argumentos serán tomados en cuenta y que igualmente hemos ganado porque logramos tomar una decisión juntos, la cual es importante para nuestro futuro y nuestro patrimonio familiar.

En Rila inversiones hemos asesorado a muchas parejas, evaluando detalladamente los perfiles de forma individual para luego de ser necesario fusionar ambos perfiles, evaluando los pro y contras de complementar ingresos, según el tipo de inversión que desean realizar.

De esta forma, servir como mediadores para llegar a un consenso y así ayudarlos a tomar la mejor decisión desde un punto de vista externo de un asesor, el cual posee más razonamiento y menos emociones, que ayudarán a seleccionar la mejor inversión inmobiliaria.

En mi experiencia este es el primer paso a seguir, incluso antes siquiera pensar en presupuestar una propiedad.